domingo, 15 de noviembre de 2015

todo cambia... pero no todo pasará

Resultado de imagen para fin de añoInicia a acercarse fin de año… por lo menos del año litúrgico…Justamente los evangelios de estas semanas nos presentan textos escritos con un estilo apocalíptico, es decir intentando presentar los últimos tiempos. Eso no para crear miedo sino para subrayar la importancia de la vigilancia y por eso de la esencialidad de cada momento presente. 
En ese clima nacía y nace todavía hoy la pregunta: ¿habrá algo que no pasa, que perdura? 

Como respuesta a esa pregunta encontramos las palabras de Jesús al final de este trozo de Evangelio: “Mis palabras no pasarán.”
 Es por eso que le sugiero esta reflexión que espero pueda ayudarnos a dar pasos en esta intimidad con la Palabra. 

Resultado de imagen para mis palabras no pasaránSon muchos los que nunca han tomado en sus manos los evangelios. Acostumbrados a escuchar en la iglesia algunos pasajes, no se les pasa por la cabeza que también ellos podrían leer personalmente las palabras de Jesús y conocer su actuación. Quedan así privados de una de las experiencias más importantes para alimentar su fe. ¿Es difícil leer el evangelio? ¿Se necesita alguna preparación especial?
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Lo importante es abrir los evangelios convencido de que Jesús tiene algo que decir a mi vida. Sus palabras pueden dar un sentido nuevo a todo. Ese evangelio leído y releído con fe puede transformar mi estilo de vivir. Ahí encontraré luz y fuerza para enfrentarme a la vida de manera más humana.
Hay muchas formas de leer el evangelio. Algunos lo hacen para defender mejor sus propias posiciones y atacar con más contundencia a sus adversarios. Otros buscan normas seguras para saber a qué atenerse. Solo acierta el que busca encontrarse sinceramente con la persona de Cristo. Es Él quien puede transformar nuestra vida.
Esta postura de búsqueda es esencial. Quien lo sabe ya todo y todo lo tiene claro, nunca aprenderá del Maestro de Nazaret; los que se sienten propietarios satisfechos de su fe permanecen por lo general impermeables a su palabra. El evangelio es para quienes andan buscando. Estoy convencido de que solo lo descubren los que se sienten mal, los que se saben pecadores, los que necesitan luz, los que buscan a Dios.
Resultado de imagen para leer la palabra de dios de hoyEl evangelio hay que leerlo sin prisas, dedicándole tiempo. El encuentro con una persona no se produce mirando al reloj. Se necesita calma y sosiego. No hemos de tener prisa alguna por acabar un pasaje. No se trata de leer un libro para ver lo que dice, sino de escuchar a una persona que puede iluminar mi existencia con luz nueva.
Hay muchos métodos para iniciarse en la lectura de los evangelios. El más sencillo y práctico es leer despacio un relato observando qué dice y qué hace Jesús. Sus palabras y su actuación me irán descubriendo cuál es la manera más acertada de vivir ante Dios y ante los demás. Conviene detenerse en cada momento para hacerse preguntas como éstas: ¿Qué me enseña Jesús con esto? ¿Cómo he de entender ahora mi vida? ¿A qué le tengo que dar importancia? En adelante, ¿dónde encontraré fuerzas para vivir?
Resultado de imagen para decepcion de la iglesia catolicaMe encuentro con frecuencia con personas decepcionadas por ciertas actuaciones de la Iglesia. Cristianos que buscan sinceramente más verdad. Gentes necesitadas de comprensión y de esperanza. Todos ellos se encontrarían en el evangelio con Alguien diferente. Podrían comprobar por experiencia lo que un día proclamó el mismo Jesús: «El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán.»


José Antonio Pagola

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