domingo, 22 de mayo de 2016

22 de mayo -segundo día de la novena: DAR DE COMER A LO QUE TIENE HAMBRE





En Aix, Eugenio vive en la casa de la madre, más modesta que la casa del Curs Mirabeau que tenía su vista sobre el más importante boulevard de la ciudad. Pero no pierde sus costumbres, la Misa, la dirección espiritual y la caridad.

“Va de choza en choza , llevando a los pobres y enfermos, además de la ayuda material, la edificación de su palabra y de su testimonio. Enseñaba el catecismo, instruía a los
ignorantes con una paciencia, una dulzura y una abnegación que le hacían ganar todos los corazones. Si era necesario rehacía la cama a los enfermos, limpiaba su tugurio, medicaba sus llagas. Llamaba al sacerdote al momento oportuno y cerraba los ojos de los que había curado hasta el último respiro. Muchas veces a la semana iba al hospital para honrar y servir, como decía, a Jesucristo en sus miembros sufrientes”

Rey I, p. 54


No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo.

Misericordiae Vultus 15 – Papa Francisco

Si hay algo que no se puede reprochar a Eugenio de Mazenod, el niño, el joven, el sacerdote, el obispo o el fundador es de haber sido indiferente o acostumbrado a las miserias a su alrededor. De joven o de adulto, de niño o de obispo siempre reaccionó no sólo con indignación frente a la pobreza sino con acciones concretas… Puso siempre “las manos a la obra” sin demasiados rodeos ni consideraciones teóricas… mucho menos quejas…


Para la reflexión:

  • ¿Nosotros? ¿Reaccionamos frente a la miseria a nuestro alrededor? 
  • ¿Cómo es nuestra reacción? 

Oración por las vocaciones oblatas...

“Señor, mira con amor a nuestra familia misionera,
haz que se acreciente atrayendo con su fervor nuevas vocaciones,
que todos alcancemos la plenitud en el amor
y trabajemos eficazmente para ser testigos de tu Reino
y apóstoles de los más necesitados.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.”
Amén

María Inmaculada, ruega por nosotros
San Eugenio, ruega por nosotros
Beato José Gerard, ruega por nosotros
Beato José Cebula, ruega por nosotros
Mártires Oblatos, rueguen por nosotros


Te invitamos además a que puedas rezar un Padre nuestro, un Ave María y Gloria.

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