Reciban con docilidad la Palabra sembrada en ustedes, que es capaz de salvarlos. Pongan en práctica la Palabra y no se contenten solo con oírla, El que escucha la palabra y no la practica es como aquel hombre que se miraba en el espejo, pero apenas se miraba, se iba y se olvidaba de cómo era...
(carta de Santiago, 1,22-23)
En un mundo de palabras inflacionadas somos llamados a "escuchar y recibir en profundidad" la Palabra y hacer de esa nuestro código de vida...
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