domingo, 29 de mayo de 2016

29 de mayo. Noveno día de la novena. BEATO JOSEPH GERARD

Infancia y vocación misionera
Carlos Juan José Gérard nació en Bouxières-aux-Chênes, diócesis de Nancy, región de Lorena (Francia) el 12 de marzo de 1831. En 1844 entra en el seminario menor de Pont-à-Mousson y en 1849 pasa al seminario mayor de Nancy. Atraído por el ideal misionero, llama a las puertas de la Congregación de los Oblatos e inicia el noviciado en Notre-Dame de l'Osier el 9 de mayo de 1851. Al año siguiente hace su primera oblación (profesión religiosa) y concluye sus estudios eclesiásticos en el seminario mayor de Marsella.
África como meta
En 1853 el Cardenal Prefecto de Propaganda Fide (la actual Congregación para la Evangelización de los Pueblos) lanza una lamada apremiante a la joven Congregación
misionera. Quiere confiar a los Oblatos la evangelización del África Austral y les confía el Vicariato Apostólico de Natal. El Fundador recluta rápidamente un equipo de misioneros. A falta de un número sufinciente de sacerdotes, ordena diácono a Gérard el 3 de abril de 1853 y lo enrola en ese grupo. Un mes más tarde, el 10 de mayo, parte con el equipo pionero para África del Sur. Salen desde Marsella en barco de vela. La nave andará a la deriva, de Brasil a Isla Mauricio. Finalmente, tras 8 meses de azarosa travesía, arriban a las costas del Cotinente africano. Llegan a Durban, el 21 de enero de 1954. El 13 de febrero el joven diácono recibirá la ordenación sacerdotal de manos de Mons. Allard, O.M.I., superior de la misión y Vicario Apostólico, en Pietermaritzburg. Los misioneros se desviven en vano por interesar a los zulúes en la doctrina cristiana.

Apostolado fecundo en Lesotho
Tras diez años de labor sacrificada e infructuosa, en 1862 se dirigen a Basutolandia (actual Lesotho). El P. Gérard, con el arte de "hacerse uno", se grangea la confianza del rey Moshoeshoe I, padre de la Patria, y conquista el corazón de los basutos. ¿Su secreto? "El mundo será de quién más lo ame y se lo demuestre". Su oración incesante ("el Padre se alimenta de oraciones", comentaba su gente) y su caridad incansable harán el resto. A lomos de su "Artabán", sube y baja por los montes Maluti en busca de las familias en las aldeas, de los pastores por los campos... Su apostolado será de persona a persona. Así se fue roturando para el Evangelio ese País árido, es verdad, pero hermoso y atractivo, y los frutos no se hicieron esperar. Hoy Lesotho tiene una población mayoritariamente cristiana, abundan las vocaciones nativas y, gracias sobre todo a las primeras escuelas y a la universidad fundada por los misioneros, el analfabetismo es prácticamente nulo.

“el Padre se alimenta de oraciones”

Fama de santidad
Resultado de imagen de gerard lesothoEl 29 de mayo de 1914 expira en la Roma de su amadísimo Lesotho este gran Apóstol. Allí se concluían sus 60 años de misión, sin volver jamás a su querida y siempre añorada Lorena. Su fama de santidad corre de boca en boca y los basutos acuden continuamente a su tumba para llevarse un poco de tierra para asegurar su intercesión. El 15 de septiembre de 1988 Juan Pablo II lo proclamó Beato.

La Iglesia siente la urgencia de anunciar la misericordia de Dios. Su vida es auténtica y creíble cuando con convicción hace de la misericordia su anuncio. Ella sabe que la primera tarea, sobre todo en un momento como el nuestro, lleno de grandes esperanzas y fuertes contradicciones, es la de introducir a todos en el misterio de la misericordia de Dios, contemplando el rostro de Cristo. La Iglesia está llamada a ser el primer testigo veraz de la misericordia, profesándola y viviéndola
Misericordiae Vultus 25 - Papa Francisco

El beato Gerard fue testigo y anunciador incansable de la misericordia de Dios. Atestiguó y anunció por largo tiempo sin obtener resultados… y siguió porque el primer deber del testigo es anunciar la propia experiencia… un anuncio coherente con la propia vida…

Y nosotros…
  •  ¿Anunciamos nuestra propia experiencia o repetimos mensajes de otros?
  •  ¿Cuánta esperanza ponemos en lo que hacemos? ¿Nos desanimamos con facilidad o ponemos toda nuestra esperanza en Dios que es misericordia?


Oración por las vocaciones oblatas...

“Señor, mira con amor a nuestra familia misionera,
haz que se acreciente atrayendo con su fervor nuevas vocaciones,
que todos alcancemos la plenitud en el amor
y trabajemos eficazmente para ser testigos de tu Reino
y apóstoles de los más necesitados.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.”
Amén

María Inmaculada, ruega por nosotros
San Eugenio, ruega por nosotros
Beato José Gerard, ruega por nosotros
Beato José Cebula, ruega por nosotros
Mártires Oblatos, rueguen por nosotros


Te invitamos además a que puedas rezar un Padre nuestro, un Ave María y Gloria.

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