lunes, 30 de mayo de 2016

PASANDO A LA NOVENA DE LA COTIDIANIDAD...

Recién hemos terminado la NOVENA DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES OBLATAS...


Fue oportunidad para reflexionar y pedir una conversión profunda de nuestro corazón a la manera del Padre, un corazón de misericordia.


Los Misioneros Oblatos de María Inmaculada fueron desde el inicio, hace 200 años, anunciadores de esta misericordia del Padre. Todavía hoy, entre los distintos ministerios, dan gran importancia al ministerio de la reconciliación y al acompañamiento espiritual.

Rezar esa novena nos ayudó a conocer más de cerca ese carisma, poder pedir al Padre que mande nuevos oblatos para que puedan continuar su misión a lo largo de los 5 continentes y anunciar el Amor de Dios. Al mismo tiempo rezar por los que viven su vocación oblata, en sus distintos matices, para que allí donde Dios los pone puedan ser fieles a su misión.



Pero también pedir por todos... Desde la canonización de San Eugenio su carisma es más todavía tesoro de toda la Iglesia universal. Pedimos entonces por intercesión de San Eugenio que nos ayude a todos a ser anunciadores y testigos de su Amor. 

Sea esa nuestra novena cotidiana...


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