La Palabra de este segundo domingo de Cuaresma nos llama la
atención sobre una ley natural del amor: en Amor o se da todo o en realidad no
se da nada.
El Amor entonces no puede no ser totalitario. El Amor con la
A mayúscula, el Amor de Dios - que nace de Dios y a Dios se le da- no puede no
ser totalitario.
El Dios cristiano es RELACIÓN y por eso no puede no implicar
una entrega total, total de nosotros mismos a partir de nuestras deficiencias, imperfecciones
y debilidades.
Dios entregó su Hijo a nosotros para que nos revelara el
rostro de Dios Padre, nuestra entrega es entonces seguir a Jesús como Maestro de
Vida para que cada gesto, cada momento sea un signo más de nuestra entrega
total a la Vida, al Amor a Dios.
“Ese es mi Hijo predilecto, escúchenlo” (Lucas 9,35)
Mingo omi
No hay comentarios:
Publicar un comentario
si querés puedes mandarnos un comentario. GRACIAS