Aunque sin moña y túnica sería
bueno ponernos en una actitud educativa recíproca.
Ser educadores de nuestros niños
con el arte del TESTIMONIO: no se enseñan valores con las palabras sino con el
testimonio de nuestra vida.
Pero también saber aprender de
nuestros niños reconociendo en ellos la FRESCURA de quien siempre tiene algo
que recibir.
Principalmente los niños con sus
actitudes pueden enseñarnos:
SABER RECOMENZAR: No nos quedemos trancados
delante de los imprevistos y fracasos. Sepamos recomenzar también sabiendo perdonar más, así como los hacen los niños.
SABER SONREÍR: no seamos caras
tristes. Las dificultades no faltarán, los imprevistos, pero tenemos que saber
encontrar la Esperanza en nuestras realidades cotidianas.
SABER JUGAR: No perdamos la
capacidad de saber pasar tiempo jugando juntos… Eso nos ayudará a saber
dialogar, a saber hacer de nuestras relaciones personales y familiares una
oportunidad de crecimiento.
Buena escuela a todos nosotros…
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