domingo, 24 de mayo de 2015

24 de Mayo - SER CRISTIANOS

San Eugenio propone ayudar a la gente a llegar a ser cristianos de un modo más profundo, “enseñándoles quién es Cristo Jesús” e invitándoles a entrar en una vida-donación de relación personal con Dios. Para ello, en nuestra congregación contamos con la presencia de muchas vocaciones que nos ayudan a través del ejemplo, que nos acercan a conocer a Eugenio para a través de él, llegar a Dios.

EN BÚSQUEDA DE LA VOCACIÓN
“…si yo me siento atraído por Jesús, si su voz templa mi corazón, es gracias a Dios Padre, que ha puesto dentro de mí el deseo del amor, de la verdad, de la vida, de la belleza y Jesús es todo esto en plenitud.
Esto nos ayuda a comprender el misterio de la vocación, especialmente las llamadas a una especial consagración. A veces Jesús nos llama, nos invita a seguirle, pero tal vez sucede que no nos damos cuenta de que es Él, precisamente como le sucedió al joven Samuel. …¿habéis sentido alguna vez la voz del Señor que, a través de un deseo, una inquietud, os invitaba a seguirle más de cerca? ¿Le habéis oído? […] ¿Habéis tenido el deseo de ser apóstoles de Jesús? Es necesario jugarse la juventud por los grandes ideales. Vosotros, ¿pensáis en esto? ¿Estáis de acuerdo? Pregunta a Jesús qué quiere de ti y sé valiente. ¡Pregúntaselo!” “Las vocaciones nacen en la oración y de la oración; y sólo en la oración pueden perseverar y dar fruto”
(Papa Francisco - IV Domingo de Pascua, 21 de abril de 2013)


“Dos cosas debemos realizar en la vida: elegir un camino y, una vez elegido, seguirlo. Dos cosas que son, algunas veces, motivo de sufrimiento, pero de ellas depende nuestra felicidad. Creo que lo peor que podemos hacer es no elegir nunca, o quizá una vez elegido empantanarnos toda la vida sobre los pasos a realizar o peor todavía, volver hacia atrás. El dolor que acarrea esta incertidumbre existencial es inconsolable.
…Puedo decir que elegí mi camino cuando tenía 18 años. Hice mía una inspiración, una voz interior que desde hacía tiempo estaba creciendo dentro de mí y que encontraba confirmación afuera de mí con el mismo sonido.
Encontré estímulo y rechazo, ambos de las personas que más me amaban. Esta contradicción de reacciones me hacía sufrir y me hacía dudar de mi decisión, obligándome a evaluar profundamente las consecuencias. Fue evidente que no podía contentar a todos; alguien siempre sufriría mucho por esto. Es
una sutil tentación, a veces, aquella de querer contentar a todos. Se termina haciendo al mismo tiempo un paso adelante y un paso atrás, un paso a la derecha y un paso a la izquierda. Y así, no se va a ninguna parte, siendo el resultado final nulo. Probablemente, se arriesga a un desgarro muscular o a un principio de crisis nerviosa.
También aquí debemos mantenernos firmes escuchando “aquella” voz y seguirla. Es así que he tratado de hacer. Con el tiempo uno se da cuenta de haber satisfecho, en un sentido profundo, también a las personas que más se ha hecho sufrir y de haber edificado a tantos con la propia perseverancia…
Recibí mucho más de lo que he dado. Lo que supe perder es lo que ahora poseo de manera más pura. Lo que he dejado retorna a mí multiplicado. Sufrí, quizá poco, pero bastante para dar a la vida un sentido. Soy feliz e iré adelante porque estoy seguro de no equivocarme […]

El hilo de oro
El hilo de oro de la vida es un hilo que se encuentra tensionado. El hilo tiene, por un lado, el clavo que has clavado el día que has realizado una elección, por la otra parte un punto invisible, lejano, hacia el infinito: el objeto de tu elección de vida. Si quieres, puedes llamar a la tensión que tiene el hilo dirigido a la meta: fidelidad.
Si un día, un buen día, no tomas un compromiso, no hay un punto del cual sujetar el hilo. Está flojo, no tiene tensión, las elecciones cotidianas se pierden en la flojera, Parece aparentemente más fácil. Puedes hacer “lo que quieres”. Pero, es más complicado. Si el hilo de la vida está tensionado, las elecciones son más simples (no complicadas), y al mismo tiempo más difíciles, exigen coherencia.
Hacer “lo que quieres” significa permanecer en la ruta que un día has emprendido. Y que, cada día, despertándote, quieres otra vez. Es una voluntad íntima, que a menudo desborda bajo forma de felicidad. No efímera.
(“En este camino” de Stefano Redaelli)

Acción del día: rezar por un joven que conozcamos y mandarle un mensaje de texto diciéndole que rezamos por su vocación.

Te proponemos rezar…
Resultado de imagen de tu siervo te escucha“El joven Samuel servía a Yavé bajo la mirada de Helí. En ese tiempo la palabra de Yavé era muy rara y las visiones poco frecuentes. Ese día estaba Helí acostado en su cama; sus ojos estaban tan débiles que ya no veía. Todavía no se había apagado la lámpara de Dios y Samuel estaba acostado en el santuario de Yavé, allí donde estaba el arca de Dios. Yavé lo llamó: «¡Samuel! ¡Samuel!» Respondió: «Aquí estoy». Corrió donde Helí y le dijo: «Aquí estoy ya que me llamaste». Helí le respondió: «Yo no te he llamado, vuelve a acostarte». Y Samuel se fue a acostar. Yavé lo llamó de nuevo: «¡Samuel! ¡Samuel!» Se levantó y se presentó ante Helí: «Aquí estoy, le dijo, puesto que tú me llamaste». Helí le respondió: «Yo no te he llamado, hijo mío, vuelve a acostarte».
Samuel no conocía todavía a Yavé: la palabra de Yavé no le había sido todavía revelada. Cuando Yavé llamó a Samuel por tercera vez, se levantó y fue a ver a Helí: «Aquí estoy, le dijo, ya que me llamaste». Helí comprendió entonces que era Yavé quien llamaba al muchacho, y dijo a Samuel: «Anda a acostarte; si te llaman, responde: «Habla, Yavé, que tu servidor escucha». Y Samuel volvió a acostarse. Yavé entró, se detuvo y llamó igual que las veces anteriores: «¡Samuel! ¡Samuel!» Samuel respondió: «Habla, que tu servidor escucha»”.  (1Sam 3,1-10) 
Oración por las vocaciones oblatas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

si querés puedes mandarnos un comentario. GRACIAS