lunes, 11 de mayo de 2015

Amar... ¿cómo?

Mi mandamiento es éste: Ámense como yo los he amado. No hay amor más grande que éste: Dar la vida por sus amigos.(Jn 15, 12-13)

Resultado de imagen de amor reciprocoMuchas veces hablamos del amor en un modo muy superficial. En nuestros días esta palabra perdió mucho de su fuerza y se llama amor hasta a un simple y pasajero sentimiento… algunos llaman amor incluso hasta a una ocasional relación sexual.

Seguramente no es de este tipo de amor que hoy nos quiere hablar Jesús. Él nos propone el AMOR en su sentido pleno, con toda su fuerza, con toda su exigencia. Nosotros ya conocemos la formula: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” Esta era la segunda parte del mandamiento más importante del Antiguo Testamento. Jesús está de acuerdo con esta propuesta. Ya es sin dudas algo muy noble amar a nuestro prójimo del mismo modo como nos amamos a nosotros mismos y hacer al otro exactamente lo que queremos que nos hagan, tratarlo con el mismo respecto que queremos ser tratados; y ofrecer las mismas posibilidades que tenemos nosotros.
Resultado de imagen de ama el projimoLlegar a este grado de amor por los demás es una gran victoria sobre nuestro egoísmo, y esto no siempre es muy fácil. En nuestra vida cotidiana este amor se revela en cosas muy sencillas tales como no buscar tener ventajas sobre los demás. Un ejemplo muy concreto es respetar una fila, sin buscar pasar adelante de nadie: así como a mí no me gusta que nadie se meta por delante porque es injusto, tampoco yo tengo el derecho de hacerlo. Lo mismo en los trabajos que tenemos que hacer, en las responsabilidades civiles, en el tráfico, en la mesa…etc etc.
 Amar a los demás como nos amamos a nosotros mismos -de modo muy sencillo- significa preguntarse siempre: “esto que estoy por hacer, si el otro me lo hiciera, ¿cómo me sentiría?” Y también delante de las equivocaciones del otro preguntarse: “¿y si fuera yo el equivocado, cómo me gustaría que me tratasen?” Estoy seguro de que si conseguimos vivir esta propuesta de “amar a los demás como nos amamos a nosotros mismos” el mundo sería muy diferente. Palabras como: “¡ya no se puede confiar más en nadie!”; “¡quién puede más, llora menos!”; “¡el mundo es de los expertos!” perderían el sentido. En el fondo, este mandamiento tiene sus raíces en la igualdad de todas las personas y la necesidad de respetar a todos… esto es la base de la convivencia social.
Resultado de imagen de ama el projimoJesús resucitado recalca esto: “Ámense unos con otros como yo los he amado.” El criterio del amor no es más nosotros mismos. Ahora es Él, que fue capaz de dar su propia vida por nosotros, quien se transforma en el criterio del amor cristiano. Jesucristo nos amó más que a sí mismo y por eso fue capaz de dar su vida. Él, por amor hacia nosotros, no hizo caso a la justicia y aun sin tener siquiera un pecado, aceptó ser condenado y muerto, para darnos vida con la suya propia.
Resultado de imagen de amense unos a otroYo sé que esto es muy difícil. Pienso que la única posibilidad que tengo para poder realizar este ideal de “amar a los demás como Jesucristo me amó” es dejándome contagiar por Él. ¿En mi lugar qué haría Jesús? (Que gran cambio: ahora la pregunta no es más ¿Qué me gustaría que me hagan?, sino qué haría Jesús?...) Creo que solamente así, despacito, acontecerá con nosotros lo mismo que con Pablo y podremos decir: “Ya no soy yo quien vivo, es Cristo que vive en mí.”

Buena semana para todos.

p. Héctor Ortega omi

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