Pero me parece importante poder
prestar atención a la primera lectura donde encontramos la experiencia del
profeta Elías que escapa para no ser perseguido y matado y en el camino de huida, desalentado, se deja ir sin esperanza en un profundo sueño.
Vemos así que Dios, a través de un
mensajero (ángel) lo despierta y le dice “levántate y come”…
Esa, a veces, es nuestra experiencia que nos encuentra desanimados y solamente con ganas de “esquivar la realidad”. Muchas veces nuestra mirada de la realidad nos lleva al pesimismo, a no reconocer la presencia de Dios también en las situaciones más difíciles. Nos viene espontáneo cruzarnos de brazos, perder la esperanza y por eso “quedarnos sentados” a ver pasivamente como prosiguen las cosas.
También a nosotros hoy se nos dice
LEVÁNTATE, COME. Se nos pide de levantarnos de nuestra situación y tomar fuerza
para seguir. Por eso se nos invita a comer. Acá vemos la referencia al
evangelio de hoy y al de las semanas pasadas. Nuevamente sentimos que Jesús se
nos ofrece como alimento y nuestra fuerza. Solamente gracias a él podemos
seguir luchando, seguir el camino.
Pero podemos caer en la misma actitud
de Elías que inicialmente se levantó, comió y nuevamente se echó a dormir…
Mientras Dios nos invita a levantarnos, comer y seguir el camino.
También a
nosotros nos repite como a Elías “Levántate, come, porque todavía te queda
mucho por caminar!" Hay todavía que caminar, no podemos quedarnos, Dios
nos necesita para anunciar su Reino, su Palabra encarnada a tanta gente que nos
rodea y que todavía no se encontró con el verdadero rostro de Dios. Somos
llamados a “nutrirnos de la Palabra para anunciar con nuestra vida la misma
Palabra”.
Buen camino a todos, camino que se
hace llevadero porque el Maestro nos acompaña y por qué lo hacemos como
Iglesia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
si querés puedes mandarnos un comentario. GRACIAS