El Evangelio de hoy nuevamente nos presenta una “metida de
pata” de los apóstoles que nos da coraje a nosotros… Pretendían “impedir” a una
persona hacer el bien simplemente por que “no era de su grupo”…
Cuanta actualidad con nuestra realidad… Hoy estamos
acostumbrados a ver que quien es distinto de nosotros (políticamente,
religiosamente, futbolísticamente, etc) no pude hacer el bien…
EL BIEN NO ES
EXCLUSIVIDAD DE UN GRUPO.
El bien tiene su raíz en Dios y Dios está en el
corazón de todos los que lo reciben, conscientemente o no.
El bien no es “propiedad privada” sino es compromiso
colectivo. No seamos celosos de quien hace el bien por que ese es nuestro amigo
de camino, vamos en la misma dirección aunque de maneras distintas…
Somos llamados a ver antes que nada lo que nos une con quien
nos rodea y no lo que nos distingue.
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