Esta vez son Santiago y Juan que
parecen meter la pata…
No obstante ya en los capítulos
anteriores del evangelio de Marcos se presenta Jesús que insiste sobre la
actitud de no buscar poder, de no preguntarse quién es el más importante, no
obstante la semana pasada nos decía que no
hay que ser ricos de sí mismo, acá vemos esos dos apóstoles (que podrían
ser cualquiera de nosotros…) que piden a Jesús de poderse sentar a su derecha e
izquierda en su Reino.
Pero no habían entendido, más
allá de las varias veces que Jesús lo había anunciado, que el Reino de Dios no
es cuestión de poder, de fuerza, sino de Amor.
Más allá de escuchar las palabras
del evangelio también nosotros podemos en la vida cotidiana buscar lo que nos
da fuerza, poder, prestigio.
Olvidándonos así que el Maestro nos dijo que “el que
quiera ser grande, que se haga servidor” y no solamente lo anunció si no lo
testimonió con toda su vida.
Hasta el último momento intentó inculcar en el
corazón de los apóstoles ese criterio y para que quedara bien claro a los
apóstoles “se arrodilló, y le lavó los pies” diciéndole después: “hagan Uds. lo
mismo…”
Para vivir nuestra vocación
cristiana no busquemos poder, prestigio, aplausos, sino simplemente pongámonos al servicio de los hermanos y así construiremos nuevos caminos en nuestra
sociedad. Esa es nuestra vocación, esa es nuestra misión: servir
No hay comentarios:
Publicar un comentario
si querés puedes mandarnos un comentario. GRACIAS