“Como miembros de la Congregación de los Oblatos de María Inmaculada, los hermanos están unidos en el mismo carisma y son plenamente misioneros. Dentro de este carisma, desarrollan una especial identidad tanto en el ser como en la misión, requiriendo así una formación que es a la vez común y particular”
“Ve a todos los rincones de la tierra para llevar la buena noticia y cura los enfermos”. Desde muy joven, además viniendo de una familia donde mi padre fue médico, me conmovió este mensaje, al igual que los misioneros que venían a visitar el colegio al que yo iba, para dar testimonio de su vida.
Luego estudié medicina y tuve la oportunidad de realizar una pequeña experiencia como estudiante de medicina en Argelia, donde encontré la hospitalidad de religiosos, que vivían entre los hermanos Musulmanes. Pero ahora vivo en Bolivia. Llegué hace unos 40 años atrás, como hermano misionero Oblato. Nunca me sentí atraído al trabajo sacramental, no fui llamado a la vocación a sacerdote, pero si, el poder dedicarme a los enfermos pobres y formar parte de una comunidad religiosa. He conocido en todo este tiempo, en nuestra comunidad, misioneros oblatos de gran calidad, hombres de mucha fe que han entregado su vida especialmente a la gente pobre de Bolivia, gente que vive en zonas muy alejadas de los centros poblados. Caminando juntos dejamos huella - dice un proverbio Africano. Así hemos vivido muchos hermosos años aquí en el Altiplano. Jesús ha reunido sus apóstoles, cada uno con sus talentos. Poder ser parte de un grupo así es un privilegio. Mutuamente nos ayudamos a ser fieles a nuestra misión con una vida sencilla. La consagración la he vivido siempre como una opción solidaria con tanta gente que he podido encontrar, gente que sufre soledad, estando sin hijos o personas discapacitadas, enfermas o abandonadas. Ser un hermano como ellos y para ellos les conforta de gran manera. Gracias por habernos acompañado por tantos años, me decía una vez un anciano en la calle. Estas palabras son para mí un regalo inmenso!
hno. Edgard Francken OMI
Acción del día: al igual que los hermanos están "entre la gente", la invitación es a realizar tres actos de amor en el día a personas que no conozcamos.
Te proponemos rezar…
“Jesús, por su parte, sabía que el Padre había puesto todas las cosas en sus manos y que había salido de Dios y que a Dios volvía. Entonces se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura. Echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de los discípulos, y luego se los secaba con la toalla que se había atado. Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: «¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?» Jesús le contestó: «Tú no puedes comprender ahora lo que estoy haciendo. Lo comprenderás más tarde.» Pedro replicó: «Jamás me lavarás los pies.» Jesús le respondió: «Si no te lavo, no podrás tener parte conmigo.» Entonces Pedro le dijo: «Señor, lávame no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
Jesús le dijo: «El que se ha bañado está completamente limpio y le basta lavarse los pies. Y ustedes están limpios, aunque no todos.» Jesús sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos ustedes están limpios.»
Cuando terminó de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a la mesa y les dijo: « ¿Comprenden lo que he hecho con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, siendo el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado ejemplo, y ustedes deben hacer como he hecho yo.
En verdad les digo: El servidor no es más que su patrón y el enviado no es más que el que lo envía. Pues bien, ustedes ya saben estas cosas: felices si las ponen en práctica!.
Jn. 13,3-16
Oración por las vocaciones oblatas.
haz que se acreciente
atrayendo con su fervor nuevas vocaciones,
que todos alcancemos la plenitud en el amor
y trabajemos eficazmente para ser testigos de tu Reino
y apóstoles de los más necesitados.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.”
Amén.
María Inmaculada, ruega por nosotros
San Eugenio, ruega por nosotros
Beato José Gerard, ruega por nosotros
Beato José Cebula, ruega por nosotros
Mártires Oblatos, rueguen por nosotros
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